Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en https://steventrz320031.blogolenta.com/35590900/qué-motivó-el-gesto-de-zidane-en-2006